Sistemas de organización exacta y objetiva. Permiten la recuperación exacta cuando el objeto o documento que se busca es conocido. Son de fácil elaboración, y consulta, pero no responden a una búsqueda exhaustiva o imprecisa. Son los sistemas de clasificación alfabética, cronológica y geográfica.
- Alfabética. Es el método de organización primario que proporciona un índice alfabético de un dominio o área de conocimiento. En este caso de un sitio web completo o de alguna de sus secciones.
- Cronológica. Cuando la información se sucede en el tiempo tiene su razón de ser una recuperación por cotas temporales. Suele ser de habitual aplicación en noticias de prensa, titulares y canales de sindicación o cuyo flujo de información se sucede de manera continua.
- Geográfica. La organización geográfica permite limitar la información según su origen o ámbito de aplicación, lo que permite una discriminación de los contenidos que ayuda a la recuperación y búsqueda del usuario. Por ejemplo, distinguir la geolocalización de fotografías, los medios de comunicación de cada país o los servicios prestados por una empresa para cada región.
Sistemas de organización subjetiva. Implica una subjetivadad y ambigüedad o inexactitud, puesto que el profesional de la información debe clasificar contenidos en función de categorías temáticas que no siempre responden a la definición de los contenidos, o al menos no completamente. Su aplicación es de gran importancia para responder a la mayoría de búsquedas del usuario, en las que desconoce el objeto exacto de su consulta, obteniendo una aproximación a partir de estos sistemas de organización.
- Temática. Uno de los métodos más extendidos es la clasificación temática basada en tesauro o taxonomía, lenguajes en todo caso controlados y normalizados. Si bien todo sitio web debería contar con este método, debería ser combinado con una presentación continua de novedades en cada uno de sus apartados, para convertirse en un esquema de contenidos actuales. Este mecanismo ayuda a educar al usuario y formar una idea real de la información que enmarca cada área temática o sección.
- Tareas. Definir los servicios o actividades que puede desempeñar el usuario constituye otro tipo de clasificación subjetiva que suele estar combinada con la organización temática o de audiencia.
- Audiencia. Si existen varios tipos de usuario, puede tener sentido crear varios esquemas de información que respondan a cada caso, por ejemplo usuarios domésticos, profesionales, investigadores, educadores, cuyas demandas informativas variarán ostensiblemente. Por otro lado la posibilidad de interactuar entre los distintos entornos de usuario permite definir un sistema de organización más abierto o cerrado.
- Metafórica. El empleo de metáforas visuales para distinguir los elementos y contenidos de un sitio web, puede resultar de gran ayuda para comprender el contexto y educar al usuario en cuanto a su objeto de consulta. Es el caso de los mapas de imágenes, minisites con contenidos multimedia de tipo flash, o las infografías utilizadas para explicar distintos hechos, objetos y circunstancias.
Organización jerárquica. Las jerarquías, ya fueren tesauros o taxonomías proporcionan un método simple de clasificación y organización de la información, permitiendo enfocar la consulta del usuario desde el plano general hasta el más específico. En el caso de las taxonomías, se recomienda que las categorías jerárquicas sean en mayor medida excluyentes del resto de conceptos para evitar en la medida de lo posible la ambigüedad. Ello conlleva ajustar la precisión del lenguaje, para lograr un balance clasificatorio inclusivo equilibrado de los documentos. Dicho de otro modo, es recomendable mantener una especificidad y una capacidad de discriminación alta para que una clasificación de tipo polijerárquica. Por otro lado el control entre la amplitud (el número de elementos que conforman un nivel jerárquico de la taxonomía) y la profundidad (el número de niveles jerárquicos de la taxonomía) puede incidir en una clasificación demasiado horizontal o vertical, lo que dificulta la navegación entre sus contenidos. En este sentido también se requiere un equilibrio y una proporcionalidad.
Hipertexto. Consiste en un método de enlazamiento no lineal y altamente estructurado de la información. Ello implica que el trozo de texto que se enlanza (mediante URL) a un tercer contenido, encaja con su significación, sentido semántico, definición o explicación y ejemplificación. También puede existir una organización jerárquica entre los distintos trozos de texto y más concretamente, entre las páginas que conectan entre si. No obstante, no se produce con un orden previo o precoordinado como ocurre con los lenguajes controlados, lo que proporciona gran libertad y flexibilidad de interrelación. Sus desventajas derivan de la falta de normalización y la subjetividad a la que están sujetas las relaciones (quedando a la elección y entendimiento del profesional de la información), lo que facilita que un usuario que navegue a través de este sistema se pierda fácilmente. Dicho de otra forma, las relaciones que se establecen entre documentos, puede que no sean comprendidas por todos los usuarios de la misma forma con que son entendidas por su creador.
Sistemas de clasificación social. También conocido como etiquetado social, etiquetado libre, etnoclasificación o colaborativo, consiste en un mecanismo que permite la interacción de los usuarios para clasificar los contenidos según su experiencia y conocimientos con la documentación y medios que utilizan en el sistema. Este mecanismo proporciona una gran libertad y extensibilidad para organizar la información, justamente todo lo contrario a una taxonomía o un tesauro, lo que implica que la inteligencia clasificatoria no emerge del arquitecto de información sino de los propios usuarios o personas reales. A pesar de ser un método enormemente popular, también causa problemas a la hora de recuperar la información clasificada, dada la ambigüedad de los términos empleados en las etiquetas y al carecer de un mínimo control para la organización de su contenido. Dicho de otro modo, se hace difícil establecer la clave correcta de acceso a la información y con ello se corre el riesgo de emplear términos inexactos e incluso equivocados.
Sistemas de etiquetado
Los sistemas de etiquetado, tan frecuentemente utilizados en los sitios web, pueden plantear problemas de significación, navegación y referencia, si no se atiende al lenguaje que emplean los usuarios para comunicarse y navegar habitualmente en la red. Lo que haría preguntarse si las etiquetas utilizadas para las distintas secciones del sitio web, responden realmente a los contenidos que espera encontrar el usuario, si estas ofrecen algún tipo de explicación o si es posible acceder a esa información explicativa extra de algún modo sencillo. Algunos errores más comunes son los siguientes:
- Etiquetas ambiguas, sin significación o demasiado comunes. Por ejemplo el término principal o home. Se entiende que alude a una página principal, pero no queda claro, puede ser la portada del sitio web, la página de entrada o de inicio.
- Uso de dos o más etiquetas simultáneamente. En el caso de querer unificar contenidos bajo un mismo epígrafe, se puede producir una confusión al respecto de la información contenida. Por ejemplo, productos y servicios, recursos y bibliografía, etc.
- Adecuación de la etiqueta a la realidad contenida. Utilizar términos que ofrezcan una visión real de los contenidos. Por ejemplo no utilizar superofertas, pero sí ofertas. Esto es adecuar el lenguaje a la realidad y al vocabulario controlado.
- El uso del lenguaje corporativo. En muchos casos el empleo de un lenguaje empresarial puede desconcertar al usuario, por ejemplo sinergias, estrategías, etc. Pero también dentro de dicho vocabulario existen etiquetas aceptadas y convenidas comunmente, por ejemplo sobre nosotros, about us, derechos, etc.
- Las etiquetas no sean representativas y no permiten distinguir o diferenciar.
- Las etiquetas se convierten en jerga no centrada en el usuario
- Las etiquetas no ofrecen una visión correcta de lo que contienen
- Enlaces contextuales. Son trozos de texto enlazados a terceros recursos y contenidos en la misma página o terceras páginas. Tales enlaces y sistema de etiquetado es denominado Hipertexto.
- Titulares - headings. Se limitan a describir el contenido que encabezan. Permiten establecer una jerarquía dentro del texto permitiendo distinguir los distintos epígrafes que atañen a un artículo, libro, o página web. Los métodos de numeración, viñetas, negrita y tamaño de la fuente ayudan en este sentido a crear un orden de presentación de la información. Dichos titulares actúan como trozos de texto representativos y pertinentes de los contenidos, distinguiéndose dicha diferenciación de manera visual. El objetivo de estos es establecer un orden de lectura, que permita saber el comienzo del contenido, su resumen, sus resultados, sus objetivos, su motivación, su desarrollo, etc.
- Opciones de navegación del sistema. Las etiquetas que representan las opciones de navegación del sistema o que están integradas dentro de él, constituyen una constante, en todas las páginas del sitio web, lo que requiere una racionalidad en la organización de los contenidos y de los conceptos que representan. No existe una convención o normalización en este aspecto pero sí se reconocen una serie de términos de uso común y altamente difundido en cualquier sitio web. En estos casos, siempre se recomienda emplear la metadescripción de la etiqueta y de los enlaces que portan de tal forma que sean suficientemente significativos de las opciones que ofrece el sitio web.
- página principal, inicio = main page, home
- buscar, explorar, navegar = search, find, browse
- contactar = contact us
- ayuda, FAQ = help, FAQ
- noticias, eventos = news, announcements
- acerca de, sobre nosotros, quienes somos = about, about us, who we are
- Términos de índice. Son palabras clave, encabezamientos de materia, descriptores que representan el contenido y que conforman puntos de acceso a la información propiamente dicha. Son utilizados para describir trozos de texto, encabezamientos, títulos, enlaces, opciones del menú de navegación, los contenidos propiamente dichos. Tales usos están destinados casi por completo a la recuperación de los contenidos publicados, siendo en muchos casos invisibles cuando aparecen en forma de código de metadato o metaetiqueta.
Coherencia y consistencia del sistema de etiquetado. El etiquetado de contenidos es sencillo siempre y cuando el ámbito de aplicación, la temática, el contexto y los usuarios sean un conjunto concentrado bien delimitado desde un principio. Esto significa efectuar un etiquetado modular dependiendo de las secciones especificadas en el sitio web. Cada sección requiere de un vocabulario y un etiquetado especializado que permita navegar en cada caso con el lenguaje correcto. En todos ellos el factor clave para su funcionamiento es la coherencia que significa el uso de términos previsibles para el usuario y fáciles de recordar en un primer golpe de vista general del sitio web. Ello depende de diversos factores:
- Estilo. La signos de puntuación o caracteres que dificultan la lectura han de ser suprimidos o sustituidos por otros que presenten una puntuación sencilla y simple. También el empleo de guías de estilo facilita la definición del etiquetado.
- Presentación. El tamaño de la fuente, el tipo de letra, el color, su espaciado, su resaltado puede ayudar o no en aportar coherencia al conjunto. Por ello es recomendable utilizar estilos sencillos sin decoraciones, coherentes a lo largo de todos los contenidos y páginas del sitio web.
- Sintaxis. Utilizar un único método de construcción sintáctica para las frases, en todos los casos, ayuda a crear la coherencia necesaria en el sistema. Por ejemplo mantener una estructura sujeto-verbo-predicado, o verbo-predicado en el caso en el que se citen acciones o tareas concretas en el sitio web.
- Granularidad. Dentro del sistema de etiquetado es posible encontrarse términos que responden a distintos niveles jerárquicos dentro de una misma faceta, por ejemplo aviación civil, aeropuerto, aerotransporte. Distintos niveles dentro de una faceta en vez de ayudar dificulta la comprensión de la clasificación del contenido, requiriendo términos o etiquetas más específicas de un nivel en cuestión, reduciendo dicha granularidad.
- Comprensión y coherencia: amplitud. Si se describen distintos elementos que conforman una realidad dentro de una misma categoria y nivel granular, se ayuda a comprender el objeto y naturaleza del contenido. Por ejemplo calzado, bolsos, cinturones, bisutería es indicador suficiente de que se está en la categoría complementos.
- Adecuación del lenguaje al tipo de usuario. Se trata de adaptar el lenguaje al tipo de usuario. Por ejemplo, un usuario especializado puede considerar pertinente el concepto apnea, cuya traducción o nombre común sería trastorno del sueño.
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